miércoles, 4 de abril de 2018



Fumigar periódicamente es un  imaginario colectivo


Somos presas de imaginarios colectivos sin sospecharlo siquiera, sin darnos cuenta de ello. 

Antaño, nos rodeaban las ratas y las cucarachas, y los huevos de las cucarachas nos llegaban a montones de los graneros. En esos tiempos el aire no estaba tan envenenado como ahora y por esto nos dábamos el lujo de arrojarle tóxicos sin grave perjuicio con el fin de matar a estos perjudiciales animales. Por eso, se convirtió en buena práctica fumigar periódicamente. 

Hoy la disposición de las basuras y los buenos hábitos de limpieza hacen que las ratas y las cucarachas sean una rareza en nuestras casas.

No obstante, seguimos fumigando cada tanto tiempo aunque no haya plagas y echamos tóxicos al aire aunque el aire nos está matando por estar lleno de sustancias perjudiciales a nuestro organismo. 

Debemos ser racionales y evitar obrar por simple instinto, es decir, siguiendo el imaginario colectivo de las fumigaciones, porque hoy han perdido toda su validez y justificación y causan grave perjuicio a la vida y al planeta.     

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