DIGAMOS NO A LAS FUMIGACIONES DOMÉSTICAS
Haremos a continuación algunas reflexiones acerca de las
fumigaciones en nuestras casas, locales, oficinas, y jardines, para hacer
conciencia sobre sus efectos nocivos y recomendar la buena práctica de control
de plagas a administradores de edificios y conjuntos, unidades inmobiliarias y
parcelaciones, y también a los propietarios individuales de estos desarrollos
constructivos, debido a que los administradores suelen fumigar zonas comunes y
privadas varias veces al año, y los propietarios individuales acceden a ello y
lo aprueban, sin tener conciencia unos y otros de por qué lo hacen, para qué,
ni qué efectos nocivos tiene la fumigación en nuestra salud y para la
preservación de nuestra especie.
Estas recomendaciones y reflexiones suplen la inoperancia estatal
porque en 1985 los 158 países miembros de la FAO aprobaron reglamentar el
comercio y la utilización de plaguicidas y restringir la propaganda engañosa
que presenta a los plaguicidas para uso doméstico como sustancias inofensivas y
atóxicas, decisión que aunque tímida en extremo no se ha llevado a cabo. En pro
de la salud de nuestro planeta y de sus habitantes debieron decidir y aplicar
la educación masiva de los efectos nocivos de los plaguicidas, y prohibir la
propaganda engañosa.
La decisión de los miembros de la FAO
obedeció a que no hay ningún plaguicida inocuo, por el contrario, todos son
nocivos porque son emisiones tóxicas que perjudican la salud ya que
contaminan el aire, son
la causa de destrucción de hábitats y de la extinción de especies en el mundo,
y contribuyen al
calentamiento global y al cambio climático.
Y son emisiones tóxicas porque actualmente las fumigaciones domésticas
emplean piretrinas y piretroides sintéticos aunados con otros venenos, es
decir, con insecticidas sistémicos llamados sinergistas, porque aumentan su actividad
insecticida y, por ende, su toxicidad y de esta manera con una fumigada, para abaratar costos, se exterminan indiscriminadamente todos los pequeños
animales.
Las fumigaciones domésticas son nocivas para
la salud, porque una vez los piretroides sintéticos son esparcidos en el aire, usted los
inhala, es decir, respira aire que contiene estos compuestos, lo que redunda en
alergias respiratorias, episodios de asma o de bronquitis y el proceso
inflamatorio crónico de las vías respiratorias, aunque no siempre percibamos
sus efectos inmediatos. Y la
exposición y el contacto directo con estos compuestos alérgenos por
malas prácticas en su manipulación desencadena frecuentemente dermatitis;
afecciones hepáticas, perturbaciones de la actividad eléctrica del cerebro,
alteraciones neurológicas, secuelas siquiátricas, problemas semejantes a la
enfermedad de Parkinson. Por lo general,
quienes lo aplican carecen de los elementos protectores necesarios para evitar
estas secuelas y los hogares objeto de fumigaciones no cuentan con la
ilustración necesaria para evitar efectos nocivos por su contacto en personas,
alimentos y mascotas.
Las áreas que
son objeto de fumigaciones transforman el hábitat natural en otro hábitat que
es incapaz
de mantener a las especies originarias del mismo, porque las plantas y animales que lo habitaban, al exponerse a los piretroides sintéticos, son exterminadas o forzadas a emigrar y
como consecuencia se presenta una reducción en la biodiversidad.
La destrucción de hábitats es actualmente la causa más importante de la extinción de especies en el mundo.
El uso irresponsable e irracional
de insecticidas o plaguicidas en edificios y jardines requiere que nos concienticemos de sus efectos nocivos e
implementemos medidas que controlen, o eliminen la contaminación generada por
estas sustancias, para proteger nuestra salud y la del planeta. Debemos educar al público acerca de la
importancia de los hábitats naturales y de la biodiversidad.
Las fumigaciones domésticas con
insecticidas, además de los insectos nocivos, también eliminan insectos
inofensivos, animales silvestres, domésticos y peces. A cambio, debemos enseñar buenas prácticas de
control de plagas, como a deshacernos de las molestas plagas de una
manera puntual y de la forma más ecológica posible, por ejemplo, mediante
controles biológicos o expulsándolas de nuestras casas, lo que sería lo ideal.
Debemos rechazar el exterminio indiscriminado de insectos y de pequeños
animales indefensos como mariposas, grillos, lagartijas, sapos, cucarrones. No
tiene sentido exterminar con insecticidas a las arañas y a los mosquitos, ya
que las arañas se alimentan de los mosquitos y su presencia no es nociva para el hombre: a esto se le llama control biológico
de los mosquitos y un control biológico contra los ratones son los gatos. Las
cucarachas perecen consumiendo ácido bórico con harina de trigo y lecherita y
los chinos venden esta sustancia en pastillas y barritas. Y las ratas en nuestros hogares pueden
eliminarse con venenos propios para ellas como la mezcla de yeso con chocolate,
yeso con harina de trigo y sal, y bebederos con bebidas gaseosas. No hay
razón para fumigar nuestros jardines con el objeto de destruir las hormigas:
estos animales, si no causan
grave perjuicio, suelen ser beneficiosos pues su alimento suelen ser las plagas
de las plantas y además fertilizan y
airean el suelo. Estas buenas prácticas deben acostumbrarse, a cambio de
envenenar nuestro hábitat con piretrinas y piretroides, además de otras toxinas
asociadas a ellas.
Fumigar los jardines periódicamente, sin que exista plaga, es una mala
costumbre, pues se envenena el suelo, se matan pequeños animales como
mariposas, pájaros, grillos, y toda clase de insectos que alegran el ambiente,
tienen derecho a vivir, son necesarios en la cadena alimenticia y suelen
fertilizar el suelo.
Debemos actuar en concordancia con la época actual. Hoy se proclama que el
planeta es de todos, todos tenemos derecho a él y nos necesitamos los unos a
los otros. Hoy se pregona la reconciliación entre los animales y los hombres,
pues éstos los habían considerado cosas, seres no sintientes y se creían con
derecho a su maltrato ilimitado. Como algo condenable debemos recordar que en
naves fueron enviados al espacio moscas de fruta, un mono, tres perritas, una
gata y dos tortugas. No es gratuito el temor que sienten los animales ante la
cercanía del hombre. En la selva, cuando la penetra un homo sapiens, los
animales se meten en sus madrigueras, temerosos, para defenderse de su presunto
agresor. Hoy sabemos todos que hasta el más pequeño animal tiene inteligencia,
sufre y siente. Sin la presencia de insectos en la tierra se extinguiría la
especie humana.
Comparemos el control de plagas con insecticidas con
el uso de antibióticos en el hombre:
-Fumigar un recinto o un jardín libre de plagas
equivale a que el hombre tome antibióticos por si se enferma.
-Fumigar con piretrinas y piretroides sintéticos
aunados con otros venenos, se equipara a
que tomemos en una dosis numerosos antibióticos, por si nos enfermamos, o para
acabar con una bacteria en especial.
-Así como los antibióticos deben tener un uso responsable,
a los insecticidas solo debemos acudir cuando no conozcamos otro medio eficaz
de acabar con una plaga que puede destruirnos, o por lo menos hacernos mucho
mal.
-El uso indiscriminado de antibióticos y de
insecticidas le hace mucho daño al hombre, a los animales y al planeta.
Clara I.
Escobar
Sus Argumentos llevan mucho corazon pero carece de conocimiento y generaliza procedimientos de una empresa y otra....los q trabajamos en el control de plagas, estamos también en la obligación de cuidar el medio ambiente y la salud de las personas que requieren nuestros servicios..
ResponderEliminarPregunta : propietario de apto en propiedad horizontal está obligado a hacer la fumigacion
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