Dice el periódico El Colombiano
del día viernes 13 de octubre de 2017:
“Seguro contra terremotos para cuatro
países” [Chile, Perú, México y Colombia]. La iniciativa fue acordada durante las pasadas reuniones de otoño del
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. (...) Para ese momento, el funcionario [el Ministro
de Hacienda] explicó que dicha póliza se podría pagar anualmente y cubriría al
país [Colombia] de este tipo de riesgos por un valor de 400 millones de dólares
(aproximadamente 1,2 billones de pesos.”.
Información similar la
encontramos en todos los periódicos de Colombia y en numerosos noticieros. Se
refieren a una póliza que comprará el Ministerio de Hacienda y costará entre 15
y 20 millones de dólares, solamente para el riesgo de terremoto, pero prevé
tomar otros amparos, dizque porque se están incrementando los terremotos, lo
que no tiene respaldo científico. A esta suma debemos añadirle los intereses por el préstamo.
La razón de ser de esta información masivamente difundida es el reciente temblor en
México. Y encuadra perfectamente con esta otra, igualmente divulgada: El cambio climático incrementará los terremotos.
Todo ello obedece a que para incentivar la compra de los seguros contra terremotos, las
aseguradoras pagan a los periódicos más importantes del país para que dediquen
importante espacio replicando la información engañosa que les entregan, como es el caso de la
incidencia del cambio climático en los terremotos. Como vemos, cuando ocurre un desastre natural, las
compañías de seguros se dedican a crear pánico entre la población, vaticinando
un desastre inminente, con el objeto de que adquieran un seguro. Los argumentos
esgrimidos acerca de la incidencia del cambio climático en los terremotos carecen
de credibilidad, además, los hechos pasados mencionados en el artículo de marras,
no se aplican a Suramérica. El artículo cita fuentes incompletas, que no son
verificables, así: “Fuentes: Colorado State University, Inside Climate, Met
Office, MIT, Nasa, New York Times, NOAA, The Conversation, The Guardián, The
Weather Channel”. Con esta información imposible de consultar cualquier
documento carece de comprobación y por
lo tanto, de veracidad.
Al parecer, el Ministro de
Hacienda, los funcionarios pertinentes del Banco Mundial y del Fondo Monetario,
no saben de seguros, y son engañados por las aseguradoras las que les hacen creer
que lo que ocurrió hace 12.000 años se repite en Colombia. Dice así el
artículo objeto de análisis: “Con el derretimiento de las masas de hielo debido
al calentamiento global, se reduce la presión sobre las fallas y aumenta la
sismicidad. Una situación que el registro histórico encontró que sucedió en
Escandinavia hace unos 12.000 años”. Con semejante argumento, pretenden vender
la póliza contra terremoto a la nación colombiana y a otros tres países más. Así es como hacen publicidad las
aseguradoras, abusan del desconocimiento de estos temas e infunden miedo al
futuro para cobrar por cubrir riesgos inexistentes.
A continuación relaciono algunos de los errores del Ministerio de Hacienda en la adquisición de la póliza de
seguro contra terremoto para los bienes del Estado:
1. Desconoce que no existe norma
jurídica que obligue la compra de estas pólizas.
2. Desconoce que Colombia no es
un país que científicamente pueda ser objeto de un megaterremoto.
3. Desconoce la ley 400 de 1997,
el Código de Sismorresistencia NSR-2010 y las normas expedidas para las
construcciones como vías y puentes.
4. Desconoce que Colombia tiene
zonas de alta, media y baja sismicidad.
5. Desconoce que una construcción
hecha bajo las normas técnicas no colapsa ante un terremoto, aunque se
presentara un megaterremoto, el que no es previsible científicamente.
6. Desconoce que la destrucción
atribuible a fallas del constructor no las ampara un seguro, ningún seguro, por mandato del Código Civil.
7. Desconoce que un seguro contra
terremoto se contrata por el valor de reconstrucción de la construcción o de la edificación, es decir, por el valor
destructible, esto es, excluyendo el terreno, dato que no existe en Colombia
para los bienes del Estado, por lo tanto, la cifra a asegurar de 400 mil
millones de dólares no tiene respaldo cierto ni información comprobable, lo que
puede redundar en un exceso de valor asegurado, y si es un infraseguro, las
compañías de seguro lo castigan duramente.
8. Desconoce que un bien que
cumpla las normas de construcción es sismo resistente, es decir, no es
susceptible de ser asegurado, razón por la cual su aseguramiento es dinero
totalmente perdido.
9. Desconoce el porcentaje de
reconocimiento de las compañías de seguros con relación al valor recibido por
las pólizas, el que dadas las altas comisiones, excesivos salarios y reaseguros,
es mínimo.
10. Desconoce que con el adelanto
de la ciencia, el seguro contra terremoto dejó de tener vigencia.
11. Desconoce que solo cuando se
empezaron a conocer y aplicar las normas de sismo resistencia las compañías de
seguros comenzaron a amparar estos riesgos, pues implicaba ventas sin un riesgo
significativo.
12. Desconoce el aparte de los
seguros terrestres del Código de Comercio, al que hay que darle estricto
cumplimiento para que por lo menos, la póliza se suscriba ajustada a la norma,
pues en caso contrario el riesgo no será reconocido o la póliza no surtirá
ningún efecto.
13. Desconoce que, por lo menos
en Colombia, no suelen vender el seguro contra terremoto, sin aunarlo con el
amparo contra incendio, el que suele ser más frecuente, pero de pequeña
magnitud y pocos daños.
14. Desconoce que en Colombia hay
una comisión de expertos en sismos y zonas geológicas, quienes verifican día a
día el movimiento de las placas geológicas y la ocurrencia y destrucción de los
sismos en Colombia y en el mundo, quienes son los llamados a dar una voz de
alarma, no las aseguradoras, en caso de que ocurra algún hecho inesperado científicamente.
15. En fin, desconoce que un
seguro contra terremoto es la lotería más cara del mundo, pues en el mejor de
los casos para el asegurado, ante un sismo, un edificio o una construcción hecha con responsabilidad
solo tendrá daños en acabados y pequeños daños en estructuras, pero sin
colapso, daño que jurídicamente sí podrá tener reconocimiento, pero que en
ningún momento justifica el enorme gasto que se proyecta hacer, anualmente, de
entre y 15 y 20 millones de dólares, por ahora, pues esta cifra se pretende
incrementar.
16. Desconoce que constitucionalmente prima la protección de la vida sobre la protección al patrimonio.
20 millones de dólares de gastos anuales para Colombia,
significa, posiblemente, una reforma tributaria, obvio, cargando más impuestos
a los pobres.
Aunque no es el objeto central de
este escrito, cabe referirme a las numerosas leyes y decretos que autorizan el
seguro para los bienes departamentales y municipales. Son enormes sumas las que
se gastan adquiriendo en el obsoleto seguro contra terremoto.
En este momento se está
tramitando en el Congreso una ley con miras a obligar a todos los edificios o
conjuntos sometidos al régimen de propiedad horizontal a asegurarse contra
incendio y terremoto, lo que implica un desangre de estas copropiedades a favor
de las compañías de seguros, quienes también hacen lobby en el Congreso para
incrementar sus ventas. Dijo Caracol que en Estados Unidos, el
valor del lobby es enorme: el primer puesto lo ocupan las farmacéuticas y el
segundo puesto, las aseguradoras.
Ya son muchos los intentos de
Fasecolda por conseguir mayores ventas por el seguro contra terremoto de
edificios que no colapsarán ante un terremoto y que incluso no serán objeto de
terremoto, como ocurre en aproximadamente el 50 por ciento de este país.
Extraña la floritura del discurso
del actual Minhacienda refiriéndose al doctor Jorge Humberto Botero, director
ejecutivo de Fasecoda, y su participación y discurso en el último Congreso de
Seguros.
Clara Inés Escobar